El otro día me regalaron un souvenir bastante original: un escarabajo sagrado egipcio. No mide más de 3cm, es de color azul y es un amuleto que atrae la buena suerte en momentos difíciles y cambios importantes, además de favorecer el espíritu de aventura y el desapego material. Y para más inri, se dice que el escarabajo azul favorece el amor, la vitalidad y el éxito en el trabajo, las tres esquinas que conforman el triángulo en el que se basa mi vida actualmente.
La verdad es que me resultó un poco chocante al principio, ya que no me considero una persona muy supersticiosa, pero tras googlear e informarme un poco, parece ser que los egipcios se tomaban muy en serio eso de encomendar a sus faraones a la buena suerte del escarabajo. Y como a mí siempre me ha gustado mucho la historia, la cultura y la mitología egipcia, pues voy a tomar su ejemplo: ya lo llevo puesto en un rincón casi invisible de mi cuerpo.
martes, 30 de agosto de 2011
miércoles, 3 de agosto de 2011
la tía de la vara
Bueno, al final han elegido por mí.
Cuando me armé de valor para decidir de una vez por todas, el destino me la vuelve a jugar. ¿Qué cómo me siento? Pues jodida, bastante jodida. Había encontrado a una persona que realmente se preocupaba por mí y estaba ahí cuando lo necesitaba. Dulce, atento. Y ahora es él quien me deja a mí. Jodido karma.
Pronto agarraré una vara y me iré al medio del monte a vivir con las cabras. Pronto.
Cuando me armé de valor para decidir de una vez por todas, el destino me la vuelve a jugar. ¿Qué cómo me siento? Pues jodida, bastante jodida. Había encontrado a una persona que realmente se preocupaba por mí y estaba ahí cuando lo necesitaba. Dulce, atento. Y ahora es él quien me deja a mí. Jodido karma.
Pronto agarraré una vara y me iré al medio del monte a vivir con las cabras. Pronto.
lunes, 1 de agosto de 2011
necesito follar
Necesito follar porque me parece el único acto sensato de protesta en este asqueroso mundo. Necesito follar porque es la única forma que existe de establecer una comunicación sensorial completa con el mundo. Necesito follar, porque el cuerpo no obtiene placer de otra forma más que a través del sexo.
Porque el cuerpo necesita caricias, necesita sentir otra piel próxima. Mi cuerpo lo necesita. Necesito follar porque es la única verdad de este mundo asqueroso dominado por una moral repugnante que no considera obscena la última película de Mel Gibson en la que sólo hay sufrimiento y dolor, y sí considera obsceno ver cómo Linda Lovelace se traga la inmensa polla de Harry Reems. Necesito follar porque el sexo es amor.
Necesito follar, porque la vida se acaba, el tiempo se nos agota y no hemos hecho nada significativo por nadie, ni siquiera por nosotros mismos. Me gusta follar porque me gusta mi cuerpo y me gusta el cuerpo de los demás. Me gusta follar porque me gusta la intimidad que dan unas sábanas, una lámpara a media luz.
Me gusta follar porque cuando se folla casi todo lo que se dice es bonito. Me gusta follar porque no hay ningún acto más puro que follar, por eso se le desprecia tanto. Follar da libertad, despierta la imaginación. Follar con alguien que te guste de verdad, follar con pasión, es como comer en un restaurante de algún chef prodigioso, es como beber un Chateau Rotschild del 64, es como fumar un Montecristo en una playa al anochecer.
La vida real es pura literatura, personajes de ficción viviendo vidas de ficción y manteniendo conversaciones que creemos trascendentes. Oigo eso de la belleza interior, y me lo dicen personas aparentemente muy juiciosas que jamás se follarían a personas feas o minusválidas. Oigo esa tontería de que hay más cosas como la música, el cine, un atardecer....y digo sí, pero son experiencias personales, intransferibles, no es posible compartirlas con nadie. Puedes estar al lado de una persona disfrutando una bellísima puesta de sol, y sin embargo no saber qué está apreciando la otra persona, suponer que el que está a tu lado ve lo mismo que ves tú. Todo eso no son más que palabras, hechos absurdos. Me encanta el arte pero también me gusta la biología molecular, la literatura, las matemáticas, la pornografía y la nouvelle vague. Y sobre todo, y por encima de todo, me encanta follar.
-Por cosas como éstas pululando por la red, me encanta bichear.
Porque el cuerpo necesita caricias, necesita sentir otra piel próxima. Mi cuerpo lo necesita. Necesito follar porque es la única verdad de este mundo asqueroso dominado por una moral repugnante que no considera obscena la última película de Mel Gibson en la que sólo hay sufrimiento y dolor, y sí considera obsceno ver cómo Linda Lovelace se traga la inmensa polla de Harry Reems. Necesito follar porque el sexo es amor.
Necesito follar, porque la vida se acaba, el tiempo se nos agota y no hemos hecho nada significativo por nadie, ni siquiera por nosotros mismos. Me gusta follar porque me gusta mi cuerpo y me gusta el cuerpo de los demás. Me gusta follar porque me gusta la intimidad que dan unas sábanas, una lámpara a media luz.
Me gusta follar porque cuando se folla casi todo lo que se dice es bonito. Me gusta follar porque no hay ningún acto más puro que follar, por eso se le desprecia tanto. Follar da libertad, despierta la imaginación. Follar con alguien que te guste de verdad, follar con pasión, es como comer en un restaurante de algún chef prodigioso, es como beber un Chateau Rotschild del 64, es como fumar un Montecristo en una playa al anochecer.
La vida real es pura literatura, personajes de ficción viviendo vidas de ficción y manteniendo conversaciones que creemos trascendentes. Oigo eso de la belleza interior, y me lo dicen personas aparentemente muy juiciosas que jamás se follarían a personas feas o minusválidas. Oigo esa tontería de que hay más cosas como la música, el cine, un atardecer....y digo sí, pero son experiencias personales, intransferibles, no es posible compartirlas con nadie. Puedes estar al lado de una persona disfrutando una bellísima puesta de sol, y sin embargo no saber qué está apreciando la otra persona, suponer que el que está a tu lado ve lo mismo que ves tú. Todo eso no son más que palabras, hechos absurdos. Me encanta el arte pero también me gusta la biología molecular, la literatura, las matemáticas, la pornografía y la nouvelle vague. Y sobre todo, y por encima de todo, me encanta follar.
-Por cosas como éstas pululando por la red, me encanta bichear.
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