Todo está yendo muy deprisa, pero creo que me gusta así. Estoy disfrutando como creo que no lo hacía en toda mi vida o, al menos, bastante tiempo. Ahora valoro cada momento, cada sitio, cada encuentro y cada risa, procurando hacer un retrato en mi mente que perdure para siempre.
He cambiado. Mi forma de ser, de comportarme con los demás, he cambiado cosas que había tomado como mías y que pensaba que eran imposibles de cambiar. Me siento más feliz, más contenta, con más ganas de reír, de salir, de bailar, de vivir. Me siento más viva que nunca.
Y ahora, además tengo un nuevo motivo para sentirme bien. Y lo pienso aprovechar.
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